"El patio de mi cole es particular...", como todos.
El recreo es el momento más esperado del día; espacio abierto para correr, jugar con los compañeros, reír, gritar, descargar tensiones... Y por todo esto es donde se generan más conflictos que, cuando acaba el recreo, se suben a clase y se requiere la atención del maestro para resolver.
Este tiempo de resolver pertenece a la clase de lengua o de inglés. Por lo general, a los maestros esto nos abruma, sentimos que nos descabala la programación.
El diálogo igualitario, asimilado como una práctica de la rutina diaria, desde Educación Infantil, ayudaría a evitar, por un lado los conflictos del patio, y por otro a que los maestros no consideremos el tiempo de resolver como una perdida de tiempo lectivo. Ya no seríamos la autoridad que impone sanciones, seríamos uno más en el diálogo igualitario que se establezca.
